Con una ruta desarrollada en un mes y que se distribuyó en diferentes lugares del Valle de Aconcagua, el vacunatorio móvil del Servicio de Salud Aconcagua concluyó su funcionamiento en el marco de las campañas de vacunación contra el COVID-19 e influenza, cumpliendo el principal objetivo, que era acercarse a las localidades donde por diferentes razones la comunidad usuaria no había recibido su inmunización.

Así, en sectores como El Pedrero en Calle Larga, El Huape y Llanos Norte en San Esteban o Las Cabras en Santa María, el grupo de profesionales que integraron este equipo desarrolló una labor muy valorada en la comunidad, la que incluso facilitó los diferentes espacios para el desarrollo de los diferentes operativos de vacunación.

“Esta iniciativa se concretó gracias a los dirigentes comunitarios, que nos facilitaron sus sedes vecinales o que gestionaron con sus autoridades dependencias como las escuelas de diferentes localidades. Es a ellos a quienes tenemos que agradecerles por sumarse a nuestros esfuerzos y por colaborar en las acciones de salud. Esta iniciativa nos permitió administrar más de 1000 dosis en sectores muy alejados de los centros urbanos y en donde la comunidad no tiene el mejor acceso a la salud”, destacó el Encargado de Participación Social del Servicio de Salud Aconcagua, David Mally.