Si bien el Congreso despachó a ley el proyecto que permite el uso de aguas grises, o recicladas, para el riego agrícola, noticia considerada por el diputado del Distrito 6, Nelson Venegas, “como relevante” para enfrentar la crisis hídrica que atraviesa Chile, especialmente las provincias del Valle del Aconcagua, el mismo parlamentario llamó al mundo político a cambiar las actuales bases constitucionales respecto del derecho fundamental que tiene la ciudadanía al uso de este vital elemento.
Incluso el legislador socialista recordó que el proyecto que presentó la Convención Constituyente, que fue rechazado en el plebiscito del año pasado, y apreciado por “algunos” como “un mamarracho”, consideraba “al agua como un bien esencial para la vida y el ejercicio del derecho humano y de la naturaleza”.
“Existe un tema relevante en la actualidad que es el derecho al agua como un derecho humano. Al respecto quisiera señalar algunos puntos que son para mí esenciales. Hay un tema país que tenemos que resolver a la brevedad, que lo vengo instalando en la agenda política hace tiempo, que tiene que ver con la crisis hídrica, con el alza de la temperatura y con todos los índices de pluviometría que advierten que cada vez la crisis climática será más fuerte”, expuso Venegas.
Para él es necesario abrir la discusión sobre el futuro del agua. “El proyecto constitucional que fue rechazado, y tratado en muchos aspectos como un mamarracho, hablaba sobre el Estatuto del Agua. Ese mamarracho —ironizó— señalaba que el agua es esencial para la vida y el ejercicio del derecho humano y de la naturaleza. Y más adelante afirmaba que el Estado debía proteger el ejercicio del derecho humano al agua, al saneamiento, al equilibrio del ecosistema; y más adelante, incluso, hablaba de una Agencia Nacional del Agua que se haría cargo de las cuencas”.
“El proyecto actual —sostuvo Venegas— que se pretende aprobar en diciembre, apunta a que el agua va a ser un bien nacional de uso público que será concesionado, mediante el cual se va a otorgar un derecho real, o un derecho de aprovechamiento, que en definitiva es un derecho real. Es decir: un derecho de propiedad sobre el agua”.
“Eso es lo que se quiere aprobar y lo que se está levantando: consagrar la apropiabilidad del derecho humano al agua sin referirse en nada al derecho humano y al saneamiento. Se debe discutir sobre este tema, porque más allá de todo este tipo de medidas (la ley sobre aguas grises), lo importante es que de una vez por todas se consagre el derecho humano al agua en todas sus fases”, concluyó.