El diputado socialista Marcelo Díaz instó al Gobierno a trabajar con suma urgencia en un proyecto que fomente el desarrollo de la capital regional y terminar con este eterno suspenso al que han sido sujeto los porteños en el último tiempo, de anunciar una Ley Valparaíso que al final no se concreta, posponiendo el progreso de una ciudad que tras el estallido social del 18 de octubre quedó en evidencia su precariedad estructural, su inestabilidad económica y su abandono de parte de las autoridades, en especial de quienes fijan los lineamientos políticos y administrativos, y además deciden el futuro del país en Santiago: sus ministerios.

“Esta Ley Valparaíso, por mucho tiempo esperada, no solo se requiere para reconstruir parte del plan de esta comuna, destruido, quemado y saqueado en estos últimos sesenta días de crisis nacional; esta legislación, que ha sido discutida en la Cámara de Diputado, a través de sus comisiones, debe presentarse urgentemente porque Valparaíso necesita oxígeno, una inyección de recursos para revitalizar sus virtudes, potenciar sus talentos. En rigor debemos recuperar la esencia de este Puerto, que es su historia, su gente, su patrimonio”, expresó el parlamentario.

LOS PUERTOS

Para ello es que Díaz emplazó al Gobierno a aprovechar esta oportunidad y “de una vez por todas crear un proyecto que levante esta ciudad que es reconocida en todo el mundo. No por nada Valparaíso es Patrimonio de la Humanidad, pues la Unesco fue clara en el momento de su declaración, en el 2003: Valparaíso no es el solo patrimonio del mundo por poseer uno de los barrios portuarios (aún existente) más antiguos del planeta; el mayor valor de esta ciudad es su historia y su gente, su componente histórico con relación en al desarrollo portuario mundial”.

En ese contexto sugirió que es el momento que las empresas portuarias suban sus tributos, paguen más impuestos sin necesidad “de apretarlos con leyes duras: ellas mismas debieran ser ese gesto y generar más recursos a un municipio alicaído. Por Valparaíso circulan camiones de alta carga que destruyen las vías, por ejemplo. Debiera existir un presupuesto portuario anual para la reparación de vías urbanas. Las empresas portuarias debieran formar parte de las decisiones fundamentales de Valparaíso y no mirar de lejos lo que está ocurriendo, porque lo que termina pasando es que el Puerto y sus compañías asociadas terminan siendo lo que históricamente fueron: el Puerto de Santiago”.